Es de saber que el comunicador o líder organizacional desempeña una función determinante al interior de la organización, porque de él depende una serie de acciones concretas que definen el flujo comunicacional y el nivel de interacción tanto interno como externo de la organización donde trabaja.
En este sentido, es necesario que el comunicador esté atento a evaluar de manera sencilla y rápida el comportamiento de su equipo de trabajo, ya que con ello se le facilitará ejercer un buen liderazgo y la consecución satisfactoria de metas y objetivos estratégicos para el beneficio de la organización. Así, al determinar un comportamiento, en términos psicológicos, como pasivo o reactivo, el comunicador sabrá cómo tratar con cada persona y de este modo, aprovechar los buenos empleados y desechar los que podrían estancar su labor.
Con lo anterior, se evitará el problema de escuchar frases negativas todo el tiempo, actitud que define a una persona reactiva pasiva quien para cada solución tiene un problema; no obstante, y para fortuna de las organizaciones, también se encuentran a nivel interno de las compañías, aquellas personas que se preocupan por solucionar situaciones y facilitar la cohesión de grupos; son estas características las que de una u otra forma deben ser identificadas por los comunicadores y de esta manera poder cultivarlas para consolidar un mejor ambiente organizacional al interior del sitio de trabajo.
Se puede encontrar también, con líderes que puede exteriorizar diversos tipos de síndromes de comportamiento reactivo como el de pigmeo que se siente amenazado por el equipo; el de Napoleón cuya arma eficaz es la intimidación total a su grupo de trabajo; el de Hammurabi que manifiesta inseguridad frente a las dinámicas o el tan conocido Dr. Jekyll y Mr. Hyde que maneja doble personalidad y su equipo de trabajo tiene que estar sujeto a una variabilidad de estados de ánimo. En fin, hay muchos perfiles típicos que el comunicador debe notar de forma eficaz, lo que le supondrá habilidades para enfrentar el cambio constante de la mano de sus trabajadores, a quienes conoce perfectamente, con el fin de impulsar el desarrollo de estrategias y programas de comunicación que soporten la dinámica empresarial y le permita gracias a su excelente desempeño, traer consigo un aumento de efectividad y productividad para la organización.
Por eso si se preguntan ¿Qué puede hacer el comunicador cuando conoce el comportamiento que identifica a cada uno de los miembros de su equipo de trabajo? Simplemente le es más fácil saber con quién es posible trabajar sin problemas y a quiénes es necesario neutralizar o distraer para que no logren desviar el curso y el nivel de trabajo que se necesite para alcanzar un objetivo determinado, por ello debe aguzar el ojo y el oído pues con esto podrá aumentar un nivel de trabajo que sea bajo o lento, ya sea por la presencia de reactivos pasivos o activos.
Luz Myriam Castelblanco León
Pontificia Universidad Javeriana
